Etapa XI, Campo de Criptana
Por Victorjef
Esta etapa no comienza el sábado,
esta etapa comienza un viernes, el que voy a recoger la mercurio a Campo de Criptana,
lugar donde tengo mis hierros y donde tengo mi pequeño taller. No sería una verdadera
visita al
lugar de mis ancestros, sin pasar
a ver a mi mecánico de cabecera, quien nos enseño y al que recurrimos cuando nos
atascamos o simplemente para fumarnos un cigarro y comentar cualquier cosa. Toño es un
mecánico de la antigua escuela, curtido en todo tipo de motos. Comenzó cuando apenas era
un crio y por sus manos han pasado Montesas, Bultacos, Derbis y sobre todo Mobylettes .
Esta visita no me auguraba nada bueno, ya que cuando le expliqué mis planes de fin de
semana y la longitud de la etapa, un movimiento lateral de su cabeza, acompañado de la frase LA VAS A FUNDIR, me
llenó de preocupación y me hizo repasar mentalmente cada uno de los tornillos y tuercas
que había aflojado y apretado una y otra vez. Pero ya no había vuelta atrás. Las
mercurios de Cincohierros y Mercusiete estaban calentando para la
mañana siguiente. La suerte estaba echada.
Tras un viaje en furgoneta
meditando sobre el futuro que Toño, el mecánico, me había pronosticado, decidí
asegurarme y darme una vuelta por Madrid. Era solo la segunda vez que mi Mercurio andaba.
La moto no dio ningún mal síntoma y todo apuntaba a que el mal fario no aparecería en
la fabulosa etapa que nos esperaba al día siguiente.
Jorge, mi amigo y compañero,
llegó puntual a las 08:45 horas.. Él sería el encargado de hacernos de asistencia con
la furgoneta.
Encaminamos nuestros pasos
Castellana abajo, dejando el Bernabeu tras nosotros cada vez más pequeño ante el ímpetu
de mi mercurio. Pronto vimos a la Cibeles saludándonos y deseándonos una etapa sin
problemas.
A las 10:00 nos esperaban
cincohierros y mercusiete en Ciempozuelos . Mi mercurio no quería
llegar tarde, así que pronto llegamos a San Martin de la Vega sin tiempo para parar ya
que íbamos algo justos de tiempo.
De repente y casi sin darnos
cuenta, a lo lejos apareció Ciempozuelos. Nuestros aliados se harían desear, así
que decidimos reponer fuerzas y tomarnos un "tentempié", no fuera que las
circunstancias del viaje no nos dejaran almorzar como dios manda.
Sin tiempo para darle el primer
mordisco al fantástico montado, aparecieron los deseados contando la mala suerte que
habían tenido al equivocarse en una salida, llegando por tanto con retraso a nuestro
encuentro.
Tras las disculpas y un pequeño
refrigerio, decidimos hacer la entrega oficial del testigo. Me costó convencer a
mercusiete" que me lo diera y tras varios tira y afloja, por fin, el deseado
testigo estaba bajo mi custodia. Era el depositario de las ilusiones y aventuras de mis
compañeros.
El próximo destino era el bello
Chinchón y tras decidir las posiciones en las que viajaríamos teniendo en cuenta el
conocimiento del terreno y el estado de mecánica de las diversas motos, decidimos que:
La Macarena (moto del Sr.
Cincohierros) fuera delante ya que Cincohierros ya había realizado una ruta anterior con
una Lambretta Serveta, y parecía que tenia más o menos claro cual era el recorrido. El
Sr. Mercusiete estaría en la retaguardia por la fiabilidad de su moto y yo en medio
protegido por los dos. ¡ Qué bien me cuidan mis amigos !
En la plaza del pueblo y con la insuperable marca de 0 Km recorridos ,Cincohierros, el que encabezaba la marcha por el conocimiento del terreno divisó a unos lugareños. Detuvo su macarena y sin más dilación les pregunta : Señores, ¿ por donde se sale para ir hacia Chinchón ? . A mi mente vinieron las imágenes de Toño y su movimiento de cabeza y pensé que esta etapa seria larga, muy muy larga...
Sin más demora iniciamos
Saliendo de toriles y lidiando con los
toros más bravos, decidimos saltarnos las vallas que impedían el paso a la plaza y
hacernos unas fotos, aún con el riesgo de recibir una cornada en forma de sanción por
algún Policía Municipal que descubriera nuestro toreo furtivo.
Tras salir indemnes de la corrida
improvisada y con el reloj demasiado avanzado, decidimos no parar mas hasta Villacañas,
lugar de recogimiento de Cincohierros.
Pero todo se calmo cuando
abandonamos Lillo y dirigímos nuestras miradas a Villacañas. De repente, el mal augurio
de TOÑO apareció; el carburador se salió y el propietario para no reconocer su mal
fario nos ordenó continuar. Jorge con la furgoneta era el único testigo de cómo la
MACARENA yacía inmóvil en la cuneta a tan solo unos pocos kilómetros de Villacañas.
Tras las escusas de
Cincohierros y de contarnos que la culpa era nuestra, ya que solo se le sale
es carburador cuando tira mucho de puño, nos dirigimos al monumento del motero ausente.
(Parada obligatoria para honrar a los compañeros que ya no están con nosotros). Allí
nos esperaba el hermano de Cincohierros; le traía teflón para hacer que la
macarena volviera a rugir.
La próxima parada sería Herencia,
donde mi hermano nos esperaba. Una corta parada y varias frases acompañadas de
caras de incredulidad cuando narrábamos nuestro viaje. En Criptana nos esperaban con la
comida casi en la mesa. Una parada mas en Alcázar de San Juan, una visita igual de breve
para ver al segundo hermano de Cincohierros y la meta estaba a tan solo
Los molinos de viento que
inspiraron a Cervantes nos esperaban para darnos la bienvenida, pero tendrían que
esperar, pues primero nos dirigimos al restaurante para recuperar fuerzas y encontrarnos
con mis amigos, incrédulos de la proeza que acabábamos de realizar. Éste era el momento
de las confesiones, los comentarios, era el momento en el que todos abríamos nuestros
corazones y sacábamos de allí los mas inconfesables pensamientos.
Cincohierros se arrancó primero y puso sobre la mesa sus dudas sobre la llegada a meta de mi Mercurio. Jorge, en un acto de reflexión, reconoció que si alguna de las motos tendría que ser subida a la furgoneta, esa sería la mía. Mercusiete, como no podía ser de otra forma, prefirió no opinar. y por supuesto yo reconocí que estaba casi seguro que "petaría", que no sabía por dónde o porqué, pero que yo era carne de furgoneta....
Tras los actos de sinceridad y una vez recuperadas las fuerzas, decidimos que ya era hora de culminar la etapa y asistir a la cita que habíamos pospuesto: los molinos de viento, o ¿eran gigantes?. Nos esperaban setecientos años de historia, y nuestras Mercurios no podían faltar a tan importante cita. Encaramos las cuestas que llevan hasta lo más alto del pueblo y allí estaban. Por desgracia la etapa había terminado, al menos para mí.
Tras repostar, Cincohierros y Mercusiete dejaban Criptana. El primero volvía a Villacañas donde su familia le esperaba.
A Mercusiete le
esperaban otros
Los malos augurios no se habían
cumplido, todos habíamos llegado a casa, y mi mecánico, por una vez en la vida, estaba
equivocado. Tal vez gracias a la inestimable ayuda de Herraiz, colaborador incansable y
que me ayudo en mis peores momentos de colapso mecánico.
Esperando una nueva edición y con
la melancolía de los buenos momentos, invito a todos a experimentar la libertad, el
compañerismo y los buenos momentos que esta pequeña familia, unida por la misma
afición, LAS MERCURIOS, nos da sin esperar nada a cambio.
Un Abrazo
Víctor Escribano (victorjef).
Etapa XII, Casas de los Pinos - Sacedón.
Por Lute Herraiz
En esta segunda edición de la Vuelta a España en Bultaco Mercurio, pretendo enseñaros algunos de los encantos de la provincia de Cuenca.
He decidido tomar la salida en Casa de los Pinos, de donde proceden (en varias generaciones) mis raíces paternas. Se trata de una pequeña localidad situada al sur, con poco más de 500 habitantes, y cuya principal actividad ha sido la agricultura y en especial la producción de excelentes vinos. Pero la verdadera riqueza son sus gentes, que acogen al que viene de fuera como a uno más de ellos. Valga como ejemplo, que pese a ser su fiesta patronal (La Candelaria) el 2 de Febrero, se han "inventado" otra fiesta el primer fin de semana de Agosto, por ser este mes en el que más "hijos del pueblo" se encuentran en la localidad.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado y por la gran cantidad de buenos recuerdos, como no podía ser de otra forma, tomo la salida desde la que fué la casa de mi abuela en el barrio de Los Estesos, y que todavía sigue siendo lugar de reencuentro para la familia, con quien quise compartir la noche de antes de mi etapa (para no hacerles madrugar).
16 de Agosto, son las 08:00 hrs., y "nos toca". Salgo de la vecina localidad de Casas de Fernando Alonso hacia Casas de los Pinos, donde he quedado con Victorjef y Cincohierros a las 09:00 hrs. A pesar de que solo separan 4 Km estas localidades, he decido salir con tiempo para elegir donde hacernos la foto y precisamente cuando estaba diciendo ésto, veo llegar un coche "dándome las largas": era Cincohierros, que se había caído de la cama (en Galapagar, Madrid) y llegaba media hora antes del horario previsto. Así que aprovechamos para tomar un café en el único bar del pueblo, que por cierto lo lleva mi prima Dioni, y charlar como no podía ser de otra manera, de nuestros cacharros. Mientras tanto, esperamos a Victorjef, que no tarda en llegar. Les acompaño a dejar los coches a "la casa de la abuela", y salimos sin perder tiempo. Tomamos una de las salidas del pueblo, donde nos despide el mismísimo Don Quijote y su escudero.
A San Clemente nos lleva una carretera de unos 9 Km., que nos deja justo a la entrada de una de las calles principales, la calle del Arrabal. Creo que se llama así debido a estar cruzada por el río Rus. (Datos cuioso es que a orillas de este río está ubicado el Santuario de la Virgen de Rus, que goza de una gran devoción entre los fieles de toda La mancha y que celebra una romería muy importante).
Mientras los compañeros de viaje
echan gasolina, decido adentrarme en esta calle, que ya muestra parte de la grandeza de
una localidad con mucha historia, con grandes casas señoriales. No obstante San Clemente
tuvo fama como corte de La Mancha Alta. Hay tanto donde elegir que me cuesta decidir donde
saco mis fotos, pero en una
callecita estrecha a la derecha, me decido, aquí va la primera: torre medieval convertida
en museo que fue cedida para disfrute del pueblo por el que fuera alcalde, Don Emiliano
Fernández Ayuso.
Retrocedo nuevamente a la Calle Arrabal, que desemboca finalmente en la Plaza Mayor, y vemos a la izquierda la Iglesia Colegiata que fuera en tiempos fortaleza de los Templarios.
Decido irme; podría hacerse interminable el viaje, pero siendo este un foro de motos, no puedo hacerlo sin rendir un pequeño homenaje a un vecino que reside en esta localidad. Para mí es el mejor mecánico de motos que he conocidio, y mejor aún persona: el Sr. Filomenos Rosillo, conocido por todos como "Filo". Por culpa de una dolorosa enfermedad, a la que los médicos no consiguen poner remedio después de 11 años de pruebas y tratamientos, tuvo que abandonar su actividad. Ojalá alguien ponga remedio, se lo merece.
Nos reencontramos en la gasolinera de Repsol y tomamos la salida hacia La Alberca del Záncara, localidad conocida en la zona, entre otras cosas, por la producción de muy buenos quesos manchegos y donde desgraciadamente Victorjef sufre la rotura de "la secundaria", que le hace abandonar.
Continuamos camino por la comarcal 3110, con muy buen asfalto hacia Santa María del Campo Rus, Pinarejo y Castillo de Garcimuñoz, donde decido desviarme ligeramente de la ruta para hacer alguna fotografía.
Ya sin tiempo que perder, y como se que la intención de Luis cuando le entregue el testigo en Sacedón es seguir hacia Zaragoza, cogemos en Almarchala N-420 y sin para llegamos a Cuenca, donde es obligado parar a enseñar alguna de las maravillas que la falta de tiempo nos impide fotografiar.
Recibo la llamada de Luis, para decirme que nos encontraremos en el límite de las dos provincias, y allí nos dirigimos por la N-320.
Son las 14:00 horas y lo que ahora toca es repostar, por lo que nos vamos al cercano Sacedón, donde durante dos horas disfrutamos de una distendida y relajada comida a la que se apuntó mi amigo Jesús, llegado desde madrid para compartir estos momentos.
Y ya de vuelta, a Cincohierros le sale su "vena" de viejo corredor de Enduro y busca con acierto una ruta distinta, que nos llevará por Buendía, Saelices, entre campos preciosos de girasoles. Y es que Cuenca es a los girasoles lo que Jaen es a sus olivos.
Pasamos por Belmonte, pueblo emblemático de Cuenca, con gran cantidad de historia y monumentos, y no me resisto a fotografiar su imponente castillo.
A las 20:00 horas llegamos a Casas de los Pinos: ¡¡ Objetivo Cumplido ¡¡.
Nuestras mercurios, con 373 kmts en el "morral". Kilómetros de auténtico disfrute por tierras conquenses.
Me despido de esta edición de la Vuelta 2008 agradeciendo el esfuerzo de los que hacen posible este evento y especialmente a las dos personas que me han acompañado: Víctor y Jorge.