Entonces el disfrute es triple. Tú, disfrutas de el, el de tí y los dos de la Mercurio. Disfrutadlo.
Yo pasé por algo parecido, pues la restauración de la Mercurio de mi suegro tuve a mi suegra detrás mía en todo momento. En un patio a pleno sol de Agosto. El problema es que ella no me corregía como lo hace tu niño. Ella me miraba y ponía cara de chupar limones... Al rato me decía: "yo no haría eso" o "estás seguro de aquello"
lo peor de todo es que siempre llevaba (lleva) razón